Si dijera que al leerlo dan ganas de ir a Nueva York, el libro perdería, porque de lo que dan ganas es de seguir leyéndolo, dan ganas de que tenga doscientas páginas más y de que este señor nos siga emocionando con su percepción del espacio neoyorkino, que bascula entre la historia, la anécdota y la vivencia de forma armónica y entretenida. Hacía mucho tiempo que un libro de ensayo, (que es como yo llamo a lo que el «Qué leer» llama «No ficción») me gustaba tanto. Los sitios van unidos a los momentos y las personas en y con los que caemos en ellos. Y dejan en nuestra memoria el sabor de lo irrepetible, el gusto agridulce de la nostalgia, el aroma de la vida pasada. Poder transmitir esto en cientocincuenta páginas es un logro, Enric González, una crónica del tiempo que no volverá que te ha salido bordada.
Recomendación: a cualquiera que se interese mínimamente por Nueva York y el periodismo en particular y la vida en general.
NOTA DE PRÉSTAMO: Me quejé en su momento de los 16 euros que me costó. Bien invertidos. Me lo habría comprado de todas formas.
DEBORAHLIBROS 
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