Se pegan los de Periférica una cubierta para enmarcar, lees la premisa en la sinopsis, sales pitando hacia el borde del trampolín con los manguitos y el flotador y te lanzas a la piscina con los ojos cerrados. Al haber dos dedos de agua, el sopapo es antológico. Porque sí, me fascina que los japoneses tengan palabras para sensaciones como la nostalgia por la estación que termina, pero la época de cultivo de la chirimoya o cómo se conservan las raíces del lirio no puede importarme menos, compañeras. Y en el libro tenemos mucho de verduricas y fruticas de temporada. A cestos. Incluso para una jugona de la comida como yo, se me ha hecho bolo. Ha habido fragmentos que me han gustado (el nivel de reflexión de Sekiguchi es profundo, la temporalidad y el consumo se llevan grandes citas) pero en general me he aburrido bastante. Y no está el patio para aburrirse leyendo, gente, que hay mucho por leer y poca vida para hacerlo.
Recomendación: a gustosos de ensayo sobre la relación entre el ciclo estacional y la comida.
Foto cabecera: radiofrance.fr