Para poder sacudirnos el blancocentrismo que gastamos todas (yo incluida) y poder identificar nuestros ramalazos racistas habrá que hacer cosas, que lo que está metido hasta el tuétano es como la roña, no sale sola. Una de las tareicas que se me ocurren es leer más autoras racializadas y a poder ser que toquen el temita. En esa coyuntura me arrimo a este «Marrón» de Quillahuaman, con ganas de ver su punto de vista tras haber emigrado de niña a Barcelona desde Perú. Y me han gustado tanto que estas memorias que se asientan en el racismo, en los miedos, en la identidad y en el sentido del humor se quedan en el Club de lectura deborahdor de este mes de mayo. Recordad inscribiros en el evento (aquí) si estáis interesadas.

Recomendación: a cualquiera, pero sobre todo a gente blanca y a profes.

Foto cabecera: mataderomadrid.org