Lo de las comparaciones no suele ser recomendable pero resulta manido para ilustrar semblanzas. Y la Highsmith me viene que ni al pelo. Si en Patricia la violencia es todo latencia, en Shirley es descarga. Y siendo ambas perturbadoras, me quedo con Shirley, y de todos sus cuentos, soberbios, con La lotería, claro, que para algo mete el dedo en la tradición casposa y los rituales intocables. Cómo usa la Jackson el componente infantil (personajes, voces) para cuajarte la sangre es ya para nota, así como ese entorno social tóxico, ese comportamiento de masa borreguil perfectamente descrito. Tenemos aquí una excelente selección de relatos de una escritora con cinco estrellas Michelin que fue de las primeras en cocinar el terror psicológico y, por supuesto, de las primeras en ser obviada.
Recomendación: a gustosos de relatos «pata negra» cargados de violencia psicológica.


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