Queridas deborahdoras:
Yo quiero eso. Cabaña de Thoreau incluida. Quiero tumbarme en el «prau» sin tener alergia a las gramíneas, rociada entera-rasa de antimosquitos. Quiero el bañador de Esther Williams, que esas gafas me sienten así y que el reloj de pulsera me mire a un metro de distancia. Quiero ese banco de madera con su máquina de escribir y leer rodada de gente que lee. El lote veraniego entero, por favor. Cóbreme que me lo llevo puesto. Para conseguir pequeñas trazas de esta utopía estival tomaremos dos medidas drásticas: cerrar por vacaciones del 30 de junio al 15 de julio -ambos inclusive- e instaurar un horario de verano que no nos obligue a madrugar: de 10.00 a 14.00 de lunes a viernes. Intentaremos alcanzar el objetivo con tardes de falsa siestaca leyendo tumbadas sin mirar el reloj (importante) y con el club de lectura en el Molino San Andrés de Villava el último sábado de mes (Programa, aquí) empezando por el sábado 30 de junio con unos relatos de la dueña y señora de la barraca, Doña Shirley Jackson. No veo el momento, de veras. El momento de pasar calor. El momento de leer.
Un abrazo,
Déborah.
Foto cabecera: A Woman Reading in the Woods, 1959 (LIfe magazine)
Necesito de lo mismo XD
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