Esta vez no sólo hemos atinado con el libro para el club de lectura, es que hemos hecho pleno al 15, porque el domingo a la una de la madrugada me dejaba la última página centrifugando. Menudo poderío tenía la señora Jackson para crear atmósferas (lo primero), para inquietar al lector (lo segundo) y para crear personajes (lo tercero). Cómo maneja y domina sobre todo dos ingredientes para que andes media novela dudando de si Merricat (la protagonista) está como un cencerro o es un alma angelical. El primer ingrediente es la antelación, el uso de elementos catafóricos que crean un desasosiego constante (hacer referencias al futuro: ese iba a ser el último día, etc.) y el segundo es la voz cuasi infantil de Merricat, quien tiene dieciocho años. Hay muchas cosas más (madre mía cómo retrata el acoso psicológico, por ejemplo), pero no voy a destriparlas todas aquí que para eso está la cita del sábado 28 (19h) en el club de lectura deborahdor. El arranque, épico, nos presenta a una chica que vive en una casona con su hermana mayor y un tío enfermo, el resto de familiares están muertos y los vecinos del pueblo les odian de forma feroz. Una novela desconcertante que a ratos hiela la sangre, a ratos enternece. Por fin he llegado a Jackson, vaya que si he llegado.

Recomendación: a gustosos de novela de terror psicológico pata negra.

Foto cabecera: irishtimes.com

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