Con este libro
tengo esa sensación de entrar en la carnicería «… perdón, ¿quién está el último?» y quedarte tú con el sanbenito de la última de la fila y todos los pares de ojos encima. Que voy tarde, vamos, pero más vale tarde que nunca. Por si hay por ahí alguien que todavía no lo ha tocado esto es el compendio epistolar entre la autora neoyorquina y un librero de antiguo de Londres durante veinte años. Dicho así presenta la emoción de un concurso de bostezos pero a nada que a uno le guste la lectura se disfruta. Es un monumento a la bibliofilia, a la bibliofilia anglosajona, en concreto. También me ha parecido bastante irónico que Helene Hanff se tirase media vida intentando ganarse el pan a duras penas con sus guiones y pinitos novelescos mientras escribía unas cartas que posteriormente iban a ser un pelotazo de libro (obra de teatro y película incluidas). Por último, me gusta no poder clasificarlo con contundencia. Aunque cuenta un mundo librero que jamás volverá ni siquiera es una novela epistolar porque las cartas son reales. Como el amor por los libros. A mí me ha encantado, claro.
Recomendación: a bibliófilos empedernidos, bibliotecarios, libreros, lectores del mundo y demás fauna deborahdora.


Replica a Isa Martínez (@ReadingsNorth) Cancelar la respuesta