El terreno fertilizado con el nerviosismo parental de no tener a las criaturas a la vista lo trabaja Samanta con diálogos que suenan a interrogatorio de comisaría y presencias infantiles que tontean con lo paranormal para terminar plantando una novela corta que juega con la ambigüedad y te tiene leyendo con la lengua fuera y el dedo pegado al Kindle, cual San Bernardo lector; aunque estilísticamente tampoco sea para organizar verbenas. La distancia de rescate es aquella que permite al progenitor una respuesta física de reacción ante cualquier imprevisto de la prole. Y a partir de ahí a sudar la lectura. La primera recomendación (una de dos) del bibliotecario de Ilium termina con resultado positivo, aunque creo que no me ha impactado tanto como él. Gracias, Miquel.

Recomendación: a gustosos de relatos intrigantes, rayanos con lo paranormal.

NOTA DE PRÉSTAMO: A 8 euros para el Kindle, lo doy por amortizado.