Pornografía, de Manuel Arranz

Algunas bibliotecarias tienen más peligro que el Tongoy haciendo un cumplido a Alberto Olmos. Ellas me quieren leída y yo me dejo querer, claro, por eso he salido con un lote que no puedo ni desglosar. Entre otras cosas ha caído este relato que me he negado a etiquetar como novela cuando se tarda exactamente 25 minutos en finiquitar y que me va a llenar las estadísticas de blogger con fuentes de tráfico inimaginables, pues he descubierto que a raíz de aquella reseña, precisamente, de 98% sexo de Olmos empezaron a aparecer muchachas de Moscú en mi pantalla de administrador(a). Y ya me jode aguantar robots por un libro que se dedica a intentar -lo intenta- escribir un relato de amor y le sale un compendio de citas, la lista de la compra y un par de frases bien jugadas. Y nada de follar, que diría el mentado Olmos Mal-herido, ya que el título juega con lo solitos que estamos todos y que dice Wittgenstein que no somos felices. Y que el amor era ¿esto?.

Recomendación: a gustosos de relato descafeinado plagado de citas y anécdotas literarias tras ruptura amorosa. 

6 Comments

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  1. A ver, creo que la mitad del libro es prestado, tanta cita y tanta anécdota salpicado de apenas pinceladas de su propia cosecha, eso es lo que menos me ha gustado: ha hecho un libro tipo patchwork con parches de los demás, sólo ha cosido las juntas; tampoco veo veo nada nuevo ni que me conmueva, pero esto es tan arbitrario como los gustos por los colores. Léelo, sí, que no cuesta un suspiro, y nos dices qué te ha parecido.

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