Aquí tenemos un sí pero no. El sí se lo lleva a la sensación general de alienación que consigue transmitir. La alienación de la persona prostituida. Pero creo que abusa del recurso de la negación (decir una cosa y seguido lo contrario) hasta la náusea. Como náuseas provoca a veces el texto. Hay que entrar en él con casco de minero, pico y pala, así que si estáis buscando lecturas amables que no exijan absolutamente nada más allá de mover los ojos, olvidaos de este libro. Es una apuesta de estilo audaz, fragmentado y cargado de ambigüedad que me ha dejado más bien fría. Siguiente.
Recomendación: a gustosos e relato experimental en primera persona sobre prostitución.
Foto cabecera: theobjective.com
Opino exactamente igual: uso exagerado del NO, hasta lograr que te pierdas.
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