Me encanta el olor a rescate literario por la mañana, compañeros. Relatos de autora australiana de principios del XX en los que esta somete a sus personajes a una presión que ni en el fondo de la fosa de las Marianas. Presión ejercida bien a través del entorno natural australiano (telita con el elemento telúrico) bien de la mano de otros seres humanos (hay algún cuento en el que al hombre le llamamos «ser humano» por no llamarle «cacho de carne con ojos»). Avisa en el título Barbara: muchas salvajadas, pero muy bien contadas, con niveles de asfixia y atmósferas ad hoc muy bien conseguidas y violencia contra las mujeres latente cual lava volcánica a punto de salir a pasear. En alguno se da garbeos a sus anchas, de hecho. La mujer machacada como hilo conductor en media docena de relatos que en alguna ocasión, al menos para servidora, rozan lo macabro. Gran descubrimiento.

Recomendación: a gustosos de relatos salvajes pata negra en la Australia profunda.

Foto cabecera: Parque Nacional de Kakadu, Australia. Fuente: orangesmile.com