Retrato de Hemingway, de Lillian Ross

Hemingway es un paradigma de escritor que provoca sentimientos encontrados. Yo aviso de que pertenezco al #teamernest y por ello se me fueron los dedos solos a este pequeño placer arrancado de la Feria del Libro Antiguo de Pamplona. Se trata de un reportaje publicado en el The New Yorker en 1950 con una semblanza del escritor después de que la periodista Lillian Ross pasara dos días en NY con Hemingway y su mujer. Se aliña la edición con jugosos prólogo y epílogo de la autora, quien mantuvo una amistad duradera y muy epistolar con el retratado hasta que éste murió. Ross también avisa de que es de mi equipo, pero no se le nota en el reportaje, lo cual dice mucho de su buen hacer. Vemos a Hemingway en un ámbito familiar, practicando un ideolecto propio con su mujer e hijos…, bebiendo, sentando cátedra, bebiendo, enfurruñado, bebiendo, muy leído -impagable la lista de lecturas imprescindibles que le pasa a Ross-, altivo a ratos pero también amable, franco, natural. Dice Ross que sobre todo era sincero y creo que esa transparencia es lo que más destaca en el retrato. Mira tú por dónde he disfrutado como un cutico en el barro.

Recomendación: a gustosos de biografías de escritores, periodistas literarios y miembros del #teamernest.

Foto cabecera: EH4475P nd. Ernest Hemingway seated at a desk with typewriter during World War II. Copyright Unknown in the Ernest Hemingway Collection at the John F. Kennedy Presidential Library and Museum, Boston.

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