Os presento, si no lo conocéis, a uno de los papás de la novela negra en su vertiente «hardboiled», una variante «pelín» salvaje que al parecer encuentra en este libro un ejemplo estupendo. Thompson opta por contarnos la historia de un ayudante del Sheriff psicópata… en primera persona. Y creedme si os digo que es una primera persona que no se olvida. De hecho te planteas qué hubieses hecho de encontrarte un día con Jim (Thompson murió en el ’77, pierdan cuidado) en un callejón oscuro. Yo hubiese salido por piernas. Ya me explicaría alguien luego la distinción entre autor y voz narradora. Los tres puntazos de esta pedazo novela son: la mentada primera persona, los diálogos -registro coloquial, casi oyes el acento sureño- y la trama, que incluye juego de chantajes y poder, poquitos personajes y pasado sangriento. Este es uno de los señores que cuando lo lees y lo colocas en la estantería hace que se muevan otros libros y así queden la «pedorra» del tren, la «perdida» de turno y demás foresticidios negros en su sitico: una caja. En el suelo. El próximo sábado 25 sacamos la petaca y mascamos tabaco en el Molino San Andrés de Villava (18h) con el señor Thompson. Os espero a todos.
Recomendación: a quien guste de novela negra «hardboiled» con psicópatas campando a sus anchas por pueblecito sureño estadounidense. Un pelotazo.
Foto cabecera: Collection Sharon Thompson Lee.
Lectura ligerita para el verano, sí… ; )
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