En su día, d
el tridente clásico (Ilíada, Odisea y Eneida) yo opté por la Odisea (la vuelta -que le costó dios y ayuda… unos 20 años- de Odiseo/Ulises desde Troya hasta su casa de Ítaca), y me lo pasé cañón, así que voy a aprovechar para recomendaros primero la lectura de la Odisea, un libro de aventuras donde no falta absolutamente de-na-da. Bien, en el caso que nos ocupa, Margaret, consciente de que estas historias se escribieron desde un punto de vista masculino y no pudiendo parar quietica con ello, se lanza a darnos la versión de Penélope (voz narradora de este libro) a partir del misterio que supone el asesinato de las doce criadas. Porque cargarse a los pretendientes era de esperar, pero Odiseo además ahorcó a las doce chavalas en el mismo lote. Y ese es el detonante -ver prólogo- de la escritura del libro. Éstas aparecen en forma de coro (quien haya leído/visto tragedias clásicas reconocerá el homenaje), y sirven para que Atwood construya su propia versión de los hechos. La que a mí más me ha gustado es la de Penélope, paradigma de esposa fiel por excelencia desde la Antigüedad, pero a la que nadie había dado voz hasta ahora. Cierra Atwood con su teoría sobre los mitos pre-clásicos en los que se asentaría este episodio del asesinato de las doce criadas pero que a mí me ha sobrado. Me quedo con la Penélope cabreada, harta, inteligente y siempre sola que nos cuenta la historia. Me ha encantado, claro.
Recomendación: a gustosos de mitos revisitados, fans de la Odisea y de historias de mujeres.


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