El viaje a Echo Spring, de Olivia Laing

167Cualquiera que haya tenido contacto con una persona alcohólica (y somos legión, me temo) encontrará en este libro elementos familiares (los estragos en la salud, las mentiras, las recaídas, los autoengaños, los desayunos de alta graduación, la inestabilidad emocional y mental, etc, etc, etc, etc), incluyendo a Olivia Laing, cuyas motivaciones para escribirlo, nos avisa, son personales. Lo que hay que agradecerle a la británica es que no le diese por escribir otro manual más sobre la enfermedad u otras memorias de infancia desgarradora, sino que se le ocurriera unir su conocimiento de esta adicción con su pasión por la literatura y se pegara la tremenda paliza de analizar la presencia (y desperfectos) del alcohol en la obra de seis monstruos de la literatura estadounidense contemporánea. Esto es un trabajo de tesis del tipo «Estudio de la influencia de Petrarca en los autores del Siglo de Oro» pero rastreando resacas, delirios, paranoias, traumas, insomnios y desesperaciones varias en algunos de los textos más sublimes que han parido los yankies. La documentación es ingente, Laing echa mano de las obras, pero también de la correspondencia, diarios, memorias, artículos, entrevistas, biografías y estudios sobre (agarrarse): Scott Fitzgerald (padre de Gatsby y, como dijo Alberto Gordo, autor del título más hermoso que se haya puesto a una novela: Tender is the night), Tennesse Williams, (madre mía Williams, un verdadero milagro que llegara a los 72 años), John Cheever (un pura sangre de los relatos, si no lo habéis leído, ya estáis tardando), John Berryman (poeta del alcohol), Ernest Write drunk, edit sober Hemingway y Raymond La culpa es de mis hijos Carver. El subtítulo del libro en la edición en castellano es tan desafortunado como inexacto: «Por qué beben los escritores», mientras que el original «On Writers and Drinking» («(Sobre) los escritores y la bebida») recoge mejor la esencia del trabajo: efectos del alcohol en escritores consagrados. Un libro muy duro de leer -al menos para servidora- que fascina y horroriza a partes iguales. Impresionante.

Recomendación: a interesados en alcoholismo, en la vida y obra de los escritores mentados y a quien quiera profundizar en la relación entre lo primero y lo segundo.

NOTA: Una verdadera lástima. La edición tiene unas cuantas erratas (la mayoría tipográficas), que duelen más todavía al gustarte el libro.

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