Yo soy del equipo «Póngase un Camilleri al año». En este caso con una buena dosis de mafia, varios asesinatos (poco habitual en él, a pesar del género que nos ocupa) y con su imprescindible retahíla de platos de comida italiana, broncas con la novia por teléfono y exabruptos sicilianos. Veo esta entrega más policíaca, con trama más currada y salteada de esas críticas a la clase política, a la burocracia italiana y al gremio periodístico que se le caen «sin querer» al maestro conforme va escribiendo las desventuras de Montalbano. Un placer, como siempre. Gracias por las carcajadas… Y ahora sí, ya es verano.
Recomendación: a seguidores de Montalbano y a cualquiera con ganas de novela negra veraniega: es perfecto. Es Camilleri.