Demoledor. Hace falta ser Paco Roca para producir lo mejor que nadie puede echarse a los ojos (en prosa, en verso, en papiros egipcios, en tablillas cuneiformes, del derecho o del revés) sobre vejez y Alzheimer; sobre el miedo, la soledad y el afecto que llevan adheridos. Y hacerlo con una ternura y un temple que te paralicen los congojos en la garganta pero al mismo tiempo te ahorre ñoñerías y grandes efectos visuales. Usando los recursos justos para dejarte de hielo cuando es necesario o emocionarte cuando toca. Con este libro, Roca es Dios y los demás sólo profetas de tercera.
Recomendación: a cualquiera, leñe, a cualquiera.
Qué me vas a contar…
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A ti, de esto, nada de nada… 🙂
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Paco Roca sabe tocar la fibra sensible sin llegar a sentimentalismos.
Un abrazo
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