No soy sospechosa de ser aficionada al Camino de Santiago. Yo, andar, ando del coche a la acera y en verano ando al pueblo de al lado: 20 minutos, por imperativo de la dietista. Dicho esto, he disfrutado del librito de María, leído café en mano y sin ninguna expectativa. Este keep walking recoge impresiones, sentimientos, anécdotas, de una practicante de la secta xacobea -a la que pertenece su familia, hermano con albergue incluido (para una lega como yo es difícil entender que se pueda andar siete-veces-siete el Camino) – y que se estructura en capítulos diminutos, pensados para ir leyendo en la ruta. Lo mejor que puedo decir de él es que consigue trasmitir un deseo de andarlo, en mi caso el asunto nace y muere en deseo, así como la función catártica de la caminata. Muy agradable.
Recomendación: a fans del Camino de Santiago y a deseosos de cambios vitales. A quienes acogen caminantes.
NOTA DE PRÉSTAMO: Pienso venderlo bien a gusto.
Foto destacada: Faro Fisterra.