Preguntadme algo sobre remo. Venga. No hay timonel o grasa de cachalote para casco de cedro que se me resista a estas alturas. Yo he pillado el swing cosa fina leyéndolo en apenas «dos de las grandes». Dos tardes. Lo fuerte es que en la página veinte ya quieres subirte a un bote, y dicho esto por mí, bien saben quienes conocen mis habilidades deportivas, es un cumplido categoría superior-tirando-a-excepcional-sección-anda-mira-pasa-el-cometa-Halley. Más aún no siendo yo de estas mezclitas que tango gustan a los yankis de «novelar» ensayos. Yo soy muy de a setas o a rolex, dame ficción o dame realidad y déjate de chuminás; y sin embargo ha sido flipante encontrarme con esta narración de los hechos reales que llevaron al equipo de remo de la Universidad de Washington, con gente que no tenía ni para vestirse, a pasar por encima de los pijos de Berkeley y Princeton y darlo todo -y más- en las Olimpiadas de 1936 en los morros de Hitler y Goebbels… joder, qué maravilla. De historia, de libro. De gente.
Recomendación: a gustosos de historias de superación e historias en las que a los nazis se les queda cara de póker. A aficionados al deporte en general y al remo en particular (si es que en este último caso no conocen a este «dream-team» de las paladas)
NOTA DE PRÉSTAMO: Me lo quedo y va a rular por casa. Amortizado de calle.
¡Hola!
La verdad que de primeras no me atrae mucho, pero a la vez consigues que me apetezca leerlo. No sé si le daré una oportunidad en un futuro, de momento me lo llevo apuntado por si acaso.
Un beso
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Hola Isa, si le das una oportunidad, luego nos cuentas qué te ha parecido, !por fa!
¡Gracias por pasarte por aquí!
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Creo que me has convencido, lo tienes en tu libreria?
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¡Me queda uno!
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