Como os dije al anunciar esta sesión del club de lectura: no arriesgué. Aunque estemos hablando de unos descartes que le forzaron a hacer para publicar las originales y no están hilados como aquellas, hay alguno que reluce como la puñetera estrella polar. Me ha encantado encontrar el que probablemente resulte más incómodo de todos los textos marcianos, ese que de tan surrealista termina provocando angustia y estupor, ese Yo, Marte me parece una virguería, que acompañada por la que creo es la mejor ilustración del libro, resulta toda ella en en escalofrío. A ver qué me contáis esta tarde.

Recomendación: a gustosos de Bradbury, de la Ciencia Ficción y fan de marcianadas.

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