Todavía nos faltan algunos títulos por catar pero, de momento, Meurisse no falla. En este caso nos deleita con una reflexión sobre la relación entre arte y naturaleza, la inspiración artística y, sería la tercera pata de este trípode temático, la cultura japonesa y aquello que nos acerca o aleja de ella a los europeos. Con sentido del humor, en una edición preciosa de Impedimenta, la autora nos ofrece una fábula (con animales personificados incluidos) que nació de su estancia en Japón con una beca para desarrollar su arte. El resultado es este, para mí, precioso libro.
Recomendación: a gustosas de pintura, arte y cultura japonesa a partes iguales.