El comienzo del libro desató los sensores anglocéntricos y la lectura empezó a la defensiva. El mérito de Margaret es que siguiera leyendo, me echara unas buenas carcajadas por el camino y cambiara de opinión hasta reconocer que tiene más enjundia que la que parece. A priori presentada como una historia de pijos ingleses y su relación en una isla griega, el relato profundiza en la búsqueda de la felicidad individual con bastantes temas secundarios que incluyen un pasaje precioso sobre duelo y críticas al turismo de masas, al clasismo y el esnobismo inglés entre otros. Mucha referencia y broma literaria salpica el texto y la salsa es un sentido del humor -muy british, claro- que puede dar bastantes momentos de gloria. Y con prosa cuidada. Que al final lo he disfrutado, vamos.
Recomendación: a gustosos de literatura inglesa de autora rescatada de la sima de las olvidadas. Mar, a ti te encantará.