Vuelve el autor a la estructura con doble (o triple) línea temporal que ya utilizó en «¿Quién con fuego?» para presentar un caso en el que aparece el cuerpo momificado de una chica en el pantano de Eugi en la actualidad que nos va a llevar a la época de la construcción del embalse. En general (y en particular y de medio lado) lo he disfrutado como una leona: porque tiene ritmo, porque los primeros capítulos (cada uno corresponde a un personaje) contienen las descripciones justas para disfrutar y porque aunque la recua de sospechosos es corta consigue mantener muy bien el suspense. Porque sigue metiendo elementos de la vida cotidiana de los personajes que los humanizan y les dan profundidad y porque la ambientación es impecable. De momento, Mortaja gana a fuego y vino en serie de comisario Villatuerta. Y que no pare la fiesta, por favor, Carlos.

Recomendación: a gustosos de novela negra que se devora en dos patadas y deja buen sabor de boca. Entretenimiento del bueno.

Foto cabecera de José Carlos Cordovilla (diariodenavarra.es)

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