Libro autobiográfico de artista polémico que tenía fichado desde hace tiempo y no me ha defraudado. No esperaba nada en particular y simplemente me ha gustado. De forma fragmentada, a modo de entradas de diario, Azcona dibuja su vida, sus fantasmas y heridas y cómo estas se enlazan y enroscan con su obra siendo un único tallo. Me quedo con la presencia de la enfermedad mental, gritada en sus páginas y con el efecto terapéutico y catártico del arte en su autor. También contiene reflexiones con las que hacerse camisetas.

Recomendación: a gustosos de profundización en procesos artísticos contemporáneos, en consecuencias de traumas infantiles y a cualquiera con un mínimo de curiosidad en la obra de Azcona.

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