No nos importa llegar tarde si llegamos con (tanto) bien, lo digo porque el libro se publicó en 2015 y para mayor vergüenza editorial ibérica es de 1901. Menos mal que se inventó Ardicia. Esta delicada novela de detectives situada en Londres y escrita -de perlas inglesas- por un estadounidense cae en media tarde y hace las delicias de aquellos que pensamos que a veces con lo más sencillo (pero ingenioso) se marca gol donde otros se desgañitan a piruetas y jeribeques frente a portería. Que por algo los clásicos lo son, como este. Cinco caballeros en un club londinense intentan desentrañar un misterio situado en la gran niebla de 1897. Y hasta aquí puedo leer.
Recomendación: a gustosos de novela de detectives delicatessen.
Fotocabecera: koratai.com