No pude cumplir con Álvaro Ortíz la costumbre que tengo de leer siempre con antelación algo de los autores o las autoras que visitan la librería. Llamadlo cortesía, pedrada, lo que queráis. Me gusta. En esta ocasión me fue imposible y aquí estoy arreglando el entuerto con un libro que me dedicó y que elegí porque él mismo calificó como «el más raro que tengo». Y raro, raro… es de… pero me ha gustado, me ha entretenido y a ratos he sonreído con las idas de olla que lo pueblan. El hilo conductor es una misteriosa estatuilla de madera con un gran falo que actúa de muñeco de vudú/objeto maldito y que la lía parda allá donde aparece. Sangre, sexo, gente que se derrite… lo típico que pasa cuando te encuentras una figurita, vamos. Lo mejor es que me ha dejado ganas de atacar la bibliografía más ortodoxa de Álvaro, quien además de ser más majo que las pesetas, tuvo la santa paciencia de dedicarnos a todos los libros con unas ilustraciones chulísimas. Aprovecho para agradecer la presencia de todos los que vinisteis y al Salón del Cómic de Navarra el curro que se han tomado este año y el haber contado con diversas librerías independientes para organizar las actividades.
Recomendación: a gustosos de cómic rarito y entretenido con tintes surrealistas.
Foto cabecera: bibarnabloc.cat