He aquí mi auto-regalo navideño. Anda que no tenía ganas de hincarle el diente a Karen Blixen… la edición de Nórdica es… es… está agotada, no me la pidáis, por eso me la regalé a mí misma cuando la vi en Katakrak. Se siente, la carne es débil. Esta novela corta te mete en el fiordo de la vida con sus dos orillas: los placeres terrenales y la espiritualidad. Dos hermanas noruegas representan lo segundo -con renuncia contundente de todo apego a lo material- hasta que una cocinera francesa les da un repaso. Tampoco me ha quedado claro que las hermanas luteranas terminen dándose por aludidas. Babette les prepara el banquete de sus vidas y reivindica el arte (culinario, en este caso) como aspiración última de su existencia, tras haber pasado, eso sí, por las barricadas y la injusticia. Babette ya está vivida y gasta todo su dinero en ofrecer una sublime obra de arte a un grupo de mormones vikingos que viven con la nariz pegada a las sagradas escrituras. La pregunta es: pero ¿cómo puñetas podría no gustarme este pedazo de libro?.
Recomendación: a gustosos de novela corta de cinco tenedores con enjundia.
Foto cabecera: Photo by Hulton Archive/Getty Images.