Este libro certifica ya de manera oficial el superpoder de Chimamanda: hablar de feminismo para todos los públicos. Si en el anterior libro me llamaron la atención su tono y su pedagogía, en este la cosa eclosiona. Probablemente debido al formato del texto, es una carta real que escribió a una amiga, estructurado en quince sugerencias que no dejan un solo aspecto por la gatera: desde los juguetes, pasando por la presión social, cuestiones de identidad y diversidad o tareas domésticas. Si después de leer esto, tan bien cocinado y presentado, alguien sigue teniendo dudas sobre qué es el feminismo y para qué sirve, que se lo haga mirar. He aquí un imprescindible de mi librería desde ya.

Recomendación: a cualquiera. Y puestos a empezar con Chimamanda, mejor empezar por éste.

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