En materia tabaquística soy una veterana de Vietnam. No hay libro, parche, chicle o app que no haya pasado por mis monos. Sé lo que es volver a fumar tras un día, una semana o cinco años sin tocar un mechero. La obra que nos ocupa pertenece a la quincallería (manuales, chupa-chups, cigarrillos electrónicos, pelotitas de espuma, etc, etc) que vive de nuestros insomnios y recaídas y cuya senda bibliográfica abrió Allen Carr (antes de palmarla por cáncer de pulmón en Málaga, claro). El de Carr, por si alguien se lo está preguntando, ayuda -algo- la primera vez que lo lees y funcionar, lo único que funciona es aquella famosa frase de Cela: «El que resiste, gana». Lo que me ha gustado de este librillo con cubierta infumable -y mira que fumo- es el tono (las erratas me han gustado mucho menos) que usa el Sr. García, el tono -y la actitud- más realista que he encontrado en el circo de la desintoxicación de tabaco. Te ayuda en el empujón de decidir día y de mandar un recado a la médica de cabecera que el pasado febrero me animó a fumar después de un año de abstinencia: kiss my ass.

Recomendación: a fumadores pasados de rosca, como servidora.