Relato del maestro en tono más descarado de lo habitual en él (¿exigencias de «Playboy», publicación en la que apareció?) pero con todo el sentido del humor intacto y con esos finales de traca en los que era experto. Me ha encantado el contexto de la librería en la que librero y ayudante pasan olímpicamente de los libros para dedicarse a cuestiones más importantes. Estoy por tomar nota.
Recomendación: a gustosos de relato corto humorístico y a seguidores de Dahl. Esto cae en 20 minutos pero la edición ilustrada de Nórdica es impecable.


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