Esta es la historia de Agustín Penón, estadounidense de ascendencia española que hizo de la búsqueda de la verdad sobre la muerte de Lorca la empresa -fallida- de su vida. La novela se centra principalmente en los dos años (1955-1956) que se tiró en Granada y Madrid investigando el asunto. La desesperación de no poder responder a las tres preguntas que se formuló al llegar: por qué lo mataron, quién lo mató y dónde está enterrado, emponzoñó su proyecto vital. El hecho de que todavía no podamos contestarlas provoca una mala leche considerable, pero el trabajo de Bonet de recuperación del trabajo de Penón, fundamental para aclarar las circunstancias y, por ejemplo, localizar el certificado de defunción de García Lorca, entre otras cosas, es de agradecer. También son impagables tanto el retrato de ciertos personajes, creo que reluce el de Jover, como la trasmisión del oscurantismo franquista en torno a su asesinato más tristemente famoso. Me ha encantado.

Recomendación: a gustosos de memoria histórica, admiradores y lectores de García Lorca y a fans de novela gráfica de trasfondo histórico.