Sueños de trenes, de Denis Johnson

Leer a Denis y acordarte de «Stoner» es todo uno. Pim, pam, me acuerdo. Una historia sencilla, formalmente sin nada más allá de la corrección, la vida intrascendente de un hombre trabajador… si jugásemos a «Descubre las 7 diferencias» la primera sería negativa: la vida de un hombre que vive en una cabaña en un valle perdido del Oeste americano es tan apasionante como empollarse la tabla periódica de los elementos para servidora. Y nunca lo conseguí; la segunda sería positiva: esa naturaleza sin violar que teníamos a final del XIX bien descrita, bien admirada, bien transmitida. Pasa también, como con aquel, que la historia se te queda en la perola y la andas rumiando días después, y aunque el poso de este sueño de trenes se queda, el poso de Williams tenía más grosor y fundamento, por eso le salen epígonos como este.

Recomendación: a gustosos de historia fronteriza americana al final del XIX en valle frondoso con inviernos espartanos.

NOTA DE PRÉSTAMO: Vale. Amortizado.

4 Comments

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  1. A mí tampoco me ha entusiasmado que digamos(lo más bello,la portada). Y eso que soy una gran consumidora de este tipo de libros.Eso sí,como es cortita se lee en un plis,plas.

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