Ha cogido ritmo, Nesbo, y le ha metido la quinta a las estructuras que diseña para dejarnos en vilo durante quinientas páginas. Digo que va a toda pastilla porque si comparamos este pedazo de pelotazo, que se bebe de golpe, con lo primero que leímos de él, Petirrojo, las digresiones y los flashbacks han desaparecido en favor de un suspense que lo empapa todo. Se está especializando en los textos equívocos, narraciones que dejan abierta la imaginación del lector y rocían de gasolina el hilo narrativo, pero, sobre todo, disparan el misterio. En este caso la cacería de Harry Hole se centra en un mercenario y en la justicia poética, que parece ser la cruz del gremio policial, pues ya lo era del género negro. Nada que ver con el descenso a los infiernos alcohólicos de las anteriores entregas, y, por aclarar, no es que este desmerezca, pero Némesis sigue teniendo el mejor asiento en mi altar nésbico particular. 

Recomendación: a amantes de novela negra. Perfecta para aburridos en general y, sobre todo, imprescindible para seguidores de Harry Hole. 

NOTA DE PRÉSTAMO: los de Hole me los compro, como los de Montalbano y Adamsberg.