Si una tarde de agosto un libro te mira y es un cuento de Capote traducido por Villoro, no lo dudes y pruébalo. Yo no había tocado a Truman, padre de la novela de no-ficción y no sé qué más géneros limítrofes con el periodismo y la gran novela americana, pero escribe como los ángeles. Tiene ese describir yanki sin desmigar cada mota de polvo, tirando a fotógrafo de su entorno. Lo que nos ocupa es una historia de niños con fundamento que se lee en una tarde, arranca muecas sonrientes y golpea con frases magistrales. La edición es impecable. No sé si Bernardo encontraría alguna errata pero ha pasado mi filtro. Dice la solapa que dijo Capote en un libro: «Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio». Amén.
Recomendación: a quien esté de relato breve de calidad pata negra.
NOTA DE PRÉSTAMO: Soy deborahdora. Soy débil. Soy consumista… sí, me lo he comprado.
Deja un comentario