Me faltaba material clásico este año y he tirado de la señora Wharton después de una entusiasta recomendación de una amiga. El entusiasmo estaba justificado en cuanto a los escribires de Wharton: he disfrutado especialmente las descripciones de lugares, ambientes y personajes (el principal queda tan retratado que puedes hacer una visita guiada por su interior), ahora bien, la inmensa, insondable, brutal tristeza que atraviesa el libro me ha dejado sonándome los mocos. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo puñetas lo hacemos para que las convenciones sociales jodan existencias de esta manera implacable? Tener una vida y morirla en vez de vivirla… Pedazo libro, gracias, Mery Lau.

Recomendación: a gustosos de historias con enjundia sobre formas de enterrarnos en vida.

Foto cabecera: lasinnovadoras.com

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.