Fue en un bar de la calle San Francisco, en uno de esos momentos del sábado en los que te comunicas a alaridos en la oreja. Yo no daba crédito, en serio. Berti me juraba que el mejor de Roca era «Regreso al Edén», que ese homenaje a su madre era imbatible. Yo acababa de elevar a los altares «El abismo del olvido» y pensaba ya que tenía un tapón de cera en el oído, no podía ser. El problema de escuchar precisamente a él decir eso radicaba en que alimentaba ipso facto el tsundoku interminable de mi vida. Meses más tarde lo he enganchado en la biblioteca y no me he levantado de la silla hasta que no lo he acabado. He salido pitando y llorando. La historia de esa mujer, la posguerra de los vencidos, el hambre, esa foto, la estructura, la evocación del título, el final imponente… Pues tenía razón Berti. Gora la Antonia, gora su hijo y mil veces gora.

Recomendación: a cualquiera.

Foto cabecera: rtve.es

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