
Me ha dejado a medio camino entre la fascinación y el hartazgo. Fascinada por la vida de esta escritora (adoptada por un matrimonio de evangelistas británicos en los años sesenta) y harta de su madre adoptiva y su amargura. Reconozco que leer toda la fase depresiva de la autora (fantasías suicidas incluidas) en el momento de confinamiento no sólo no me ha gustado sino que ha añadido desgana a mi apatía, no sé si me explico. Por lo demás el mayor logro del volumen es la admiración que despierta hacia su autora, forjada entre libros y madre de libros. Una escritora fantástica.
Recomendación: a gustosos de historias de relaciones maternofiliales enfermizas, madres adoptivas talibanes e hijas adoptivas con infancias para olvidar.
Foto cabecera: literature.birtishcouncil.org