Pues aquí, emocionada. Emocionada por saber que hay una sola palabra que designa los objetos que pertenecieron a alguien fallecido y que ahora nos recuerdan a esa persona y los momentos que compartimos en el pasado. Emocionada hasta las lágrimas con la palabra furusato: ese lugar al que siempre deseamos regresar porque lo consideramos nuestro verdadero hogar: bien por haber nacido allí, bien por haber vivido en él durante un tiempo o por guardarle un cariño especial. Mi madre hoy ha dicho conmovida que Olaldea es su furusato. Delicadeza, profundidad, naturaleza, vida cotidiana y sobre todo, una mirada distinta de la realidad, que es el regalo impagable que nos dan otras lenguas y culturas. Todo eso metido en 215 páginas acompañadas de fotografías y, se nota, mimo a paladas. Gracias, Alex. El día 21 te las doy en persona(*).
Recomendación: a gustosos de cultura japonesa, cosas bellas y palabras hermosas.
Foto cabecera de Eduard Mairal. Fuente: confesionestiradoenlapistadebaile.blogspot.com
(*)NOTA: El día 21 de junio, viernes, a las 19h tenemos el lujo de contar con Alex en la librería presentando esta preciosidad.
Oooh, cuánto promete… Arigato!
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