El alter ego del autor pasa una temporada en Mijáilovskoie, una especie de parque temático soviético dedicado a Pushkin, donde realmente Dovlátov pasó varios veranos trabajando de guía. Intenta así estabilizar su vida ahorrando dinero para pagar sus deudas y en medio de una crisis de pareja. Es la primera novela (o biografía novelizada, vete tú a etiquetar esto) que leo de él. Tanto «Los nuestros» como «La maleta» eran compendios de relatos, muy cohesionados, que adoro hasta el infinito y más allá y en esta «versión larga» he disfrutado aunque medio tono menos. Llamadme tiquismiquis. El sentido del humor se hace todavía más presente, la recreación del habla borracha de un amigo, por ejemplo, me ha dado EL momento de gloria de octubre. Diálogos imperdibles y alguna descripción (retrato, en concreto) para hacerse cuadros. Aquí hay más búsqueda de estabilidad en su vida, más alcohol, más humor -ya lo he dicho- y, sobre todo, más disidencia que en las anteriores lecturas. La sombra de la represión del estado acompaña a Dovlátov de forma pegajosa y progresiva por toda la narración. Tengo que mencionar aquí el magnífico trabajo editorial de Fulgencio Pimentel: por la anotación, por la nota biográfica (que he disfrutado cual leona), por la nota de traducción y la impecable presentación. Por lo demás, sigo enamorada -hasta las trancas- de Serguéi. No se me pasa, doctor.
Recomendación: a fans de Dovlátov, a gustosos de narrativa disidente soviética con mucho humor, a cualquiera.
Foto cabecera: rbth.com
Hola :
Pues justamente yo estoy ahora con «El compromiso», después de haber leído «La maleta», que me encantó… (este me está gustando un poco menos, aunque quizá es porque en la biblio sólo estaba en catalán y el vocabulario me cuesta un poco más). Tomo nota del de hoy, también.
Spasiva ; )
Me gustaMe gusta
Tengo «El compromiso» en el tsundoku. Como muy arriba de la pila. Primer o segun…
Me gustaMe gusta