El contenido entretiene en proporción a la cutrez de su cubierta: mucho. Dovlátov nos cuenta la historia novelada de su familia (abuelos, padres, tíos, el primo que es una joyica, etc.) y dedica cada capítulo a un miembro de la misma (lo que hace que se lea a toda pastilla) con una dosis considerable de sentido del humor y mala leche que en varias ocasiones ha arrancado carcajadas a quien suscribe. Sazona con amargura y te da pena que se le acabe la parentela. Por destacar dos, apuesto por el primero del abuelo y por el del primo-joya. Al contarnos las entretelas de los suyos Dovlátov nos sitúa en el cogollo de la URSS durante la Guerra Fría con un amplio abanico de posiciones al respecto: hay fieles al régimen, hay desencantados, hay disidencias, hay vida después de Stalin. Aunque debo (y deberé siempre) el descubrimiento de este autor y la lectura de este libro a un cliente honorario de la librería, que sepáis que los de Fulgencio Pimentel se han propuesto editar (o reeditar) las obras de este hombre empezando por «Retiro», que acaba de salir y que huele que alimenta. Por lo demás, parece un autor condenado, hasta ahora, al olvido. A ver si lo rescatan bien.

Recomendación: a gustosos de buenos relatos familiares soviéticos gamberros y amargos a partes iguales.