Si 1 de cada 4 hombres en este país reconoce haber utilizado servicios sexuales de pago y todavía hay alguien que piense que esto no es un problema, que se lo haga mirar. El tema me interesa lo suficiente como para darme de baja en Amnistía Internacional (el año pasado) por su posicionamiento al respecto. El inmenso negocio de la prostitución se construye en el lodazal donde reposan los restos mortales de los derechos de millones de mujeres. Sin fórmulas mágicas, imagino, para resolver una situación de injusticia clarita y cristalina como el agua, la sensibilización sobre la población masculina consumidora tiene que ser forzosamente una de las herramientas que contribuyan a mejorar, al menos, el panorama. «Esclavas» se dedica a esto último, y lo hace bien, inspirada en datos, en noticias y realidades es una novela gráfica que zarandea lo suficiente y evita exquisitamente el morbo para poder ser usada, aquí sí, en la denuncia de mafias y consumidores, en vez de centrarse en responsabilizar a las víctimas. Sacad las agendas porque el jueves 26 de mayo a las 19:00 tenemos a Alicia Palmer en la librería para preguntarle cualquier duda sobre el asunto. Estáis todxs invitadxs.
Recomendación: a cualquiera con un mínimo de interés en temas de prostitución y explotación sexual.