Hay a quien le ayuda leer a Kundera, o a Coetzee. Hay a quien le ayuda meterse cuarto y mitad de cómics y hay a quien le ayuda la letanía contra el miedo (épica, por cierto) de las Bene Gesserit o leer en bucle a Agatha Christie o agarrarse los Episodios Nacionales para dormir. A mí el Cuarteto de Alejandría de Durrell me ayuda, sin haberlo leído, a sujetar una fila de libros. Jamás me arrimé a un libro de autoayuda o crecimiento personal, etc. Sencillamente es un tipo de lectura que no me atrae. La Buena Vida es un compendio de reflexiones y citas -bien elegidas- que te recuerdan, por ejemplo, que hay que trabajar para vivir -y no al contrario- y que lo importante lo tienes al lado: roncando, cocinando o haciendo la tarea. ¿Que por qué ha caído este?, pues porque ha sido éste y no otro el que ha ayudado/aliviado/tranquilizado a mi madre unos días antes de que le quitaran un tumor cabrón del cuerpo. Y qué queréis que os diga, a mí con eso ya me vale. Madre no hay más que una. Gracias, Álex.
Recomendación: a quien pase por momentos críticos o puntos de inflexión personales.
NOTA DE PRÉSTAMO: Lo dicho, me lo ha pasado mi madre.


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