Nunca he leído a Wallace. Lo tenía por un peñazo crepuscular, no sé por qué, autores que se te cruzan sin tocar. Esta recopilación de entrevistas da como para una tesis, porque el tío lo mismo te citaba a Kant que alababa El Señor de los Anillos («Normal», me dice mi experto en la materia) o Terminator mientras repasaba las corrientes literarias, culturales y movimientos sociológicos de su país entre cigarrillo y mondadientes. De su lectura he sacado, además de la conclusión lógica de que DFW tenía una cabeza prodigiosa, un apetito voraz por leerle. Se lo gana a pulso hablando él mismo de sus obras. De entre todas las conversaciones reluce la de Larry McCaffery, parece ser que a posteriori la pulieron ambos a limpio mail. Y así les quedó, claro. Para enmarcar. La semblanza de David Lipsky tras el suicidio de Wallace en 2008 con la que termina el libro es impresionante. Podría subtitularse: Y así sufría Wallace mientras vivía y concedía entrevistas como las que acabas de leer.
Recomendación: a aficionados a la Teoría de la Literatura, crítica literaria, al propio DFW o al hecho mismo de escribir. A quien nunca se planteó leer una obra suya.
NOTA DE PRÉSTAMO: Comprado, amortizado, subrayado y con noticas al margen.
DEBORAHLIBROS 
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