Lo he degustado con la fascinación con la que se contempla una rara avis y me ha confirmado a Menéndez Salmón como autor a tener en cuenta. De su lectura me quedo con la profundización en el -trágico y doloroso- proceso creativo, de eso va el libro, vaya; y en el deleite que transmite por el arte pictórico. Me sobra, como siempre, el momento metaliterario. Con cuatro historias conectadas, tres de pintores y una de escritor, Ricardo se apaña una novela original y bien escrita. Especialmente guardaré en la mochila de la memoria el pasaje de Rothko. Otro gol de la bibliotecaria. Y van…
Recomendación: a aficionados al arte y en especial a la pintura.
Deborahlibros 
Interesante título, interesante propuesta… me lo apunto.
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Va para la maleta del verano 🙂 Gracias!
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Ya contaréis!! Reclamaciones a la vuelta… 🙂
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estoy por aquí !! no te quejes de lo metaliterario, que eso es simplemente como si el director de cine tiene tentación de pasar delante de la cámara
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Precisamente!! Y es que a mí me interesa la película que hace, no él!!! Manía como otra cualquiera…
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