
He llegado hasta la página 60, y no ha sido el género, «presuntamente» erótico, lo que me ha obligado a cerrarlo definitivamente, sino la inmersión pseudo escatológica en el cuerpo de la protagonista. Llegados a este punto, los detalles de su fisura anal ( parece que dicha fisura es el hilo conductor del libro), sus almorranas y su gusto por la falta de higiene íntima -estoy siendo muuuuy fina-, son lo que menos necesito ahora mismo. Lenguaje «fresco» y «juvenil», leo en las críticas… tampoco me ha parecido ni tan fresco ni tan transgresor, además, ¿a qué coño -y nunca mejor dicho- vienen las reminiscencias de
El guardián entre el centeno? ¿Qué le pasa a la gente con Salinger? Tienen que ser las editoriales quienes se empeñan en mentarlo, aprovechando un -ya más que superado- halo de libro maldito para vender más. En mi opinión esta cría obsesionada con meterse huesos de aguacate por el coño y sacarse fotos del culo recién operado dista bastante de Holden, unos tres millones de años luz, más o menos.
Recomendación: a quien guste de novela erótico-escabrosa.
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Un libro rancio con leve capa de modernidad.
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