Thompson no sabe hacer cómics superficiales. Él pilla una excusa y te organiza un mamotreto (desde el cariño) de entre 500 o 600 páginas que parece el Pozo María Luisa. Empieza con su infancia trabajando en campos de ginseng en Wisconsin y termina bordando un volumen en el que cabe la religión, la explotación laboral, la agricultura intensiva, la crítica al capitalismo, la Guerra de Vietnam, un TFM sobre la raíz de ginseng (preguntadme, preguntadme cualquier cosa) y, sobre todo, una travesía, como él mismo dice en el libro, en busca de un sentimiento de pertenencia perdido. Si Blankets era personal en este ya se abre en canal. Una maravilla.

Recomendación: a gustosos de cómic pata negra.

Foto cabecera: elmundo.es

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