Me dice el otro día una colega, gran deborahdora y mejor persona, que el inicio de curso está siendo «caos, muerte y destrucción» y una lagrimilla asoma a mi ojo al escuchar la mejor descripción de mi mes hasta la fecha. Sólo hubiese añadido «y astenia lectora» al diagnóstico. Con las mismas me arrastro hasta al biblioteca y deambulo torciendo el cuello, como corresponde, hasta que arramplo con esta novela corta de Hammett dispuesta a acabar con la vorágine de secano. Y es como meterse en una peli en blanco y negro de los cincuenta: con Bogart y Bacall, miradas impasibles, rostros iluminados con la lumbre de un cigarrillo, señores que se lían a mamporros con otros señores, todo cristo fumando como si no hubiera un mañana, polis rudos (y comprados), solidaridad entre presidiarios, whisky y medias rotas. Justo lo que necesitas para tirarte tu horita leyendo en paz en la biblio, largarte al noir americano y volver relajada a la superficie de septiembre. Y funciona.

Recomendación: a gustosas de novela negra clásica estadounidense.

Foto cabecera: txalaparta.eus

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