Bueno, pues aquí tenemos un fiasco, y mira que la premisa era buena y que nos encanta Sexto Piso, pero va a ser que no. Dicha premisa nos situaba en un futuro en EEUU con una epidemia de insomnio y todo un tinglado para captar donantes de sueño. Eso es de lo mejor del libro junto con cierto ambiente onírico -valga la redundancia- que Russell consigue trasmitir. Luego tenemos a gente mercadeando con sueño como en la vida real se mercadea con órganos, sangre, vacunas y seres humanos y no encuentro la profundidad que quería divisar desde la primera página. De hecho, la trama es floja, suelta cual dobladillo de uniforme escolar. Una pena.

Recomendación: a gustosos de novela de ciencia ficción sin enjundia.

Foto cabecera: by Christopher Gabello for interviewmagazine.com

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