Me he mantenido militantemente alejada de la poesía de este hombre hasta ahora. No ha sido por nada en particular, simplemente no pensaba encontrar nada en ella que fuese a conmoverme. Por eso me he animado a catar al Nobel con este librito autobiográfico sobre su infancia y adolescencia. Lo primero que agradezco es la condensación y esa estructura inductiva de cada capítulo, donde las últimas frases encierran los meollos de su reflexión y dejan tan buen sabor de boca. Lo segundo es la capacidad para describir esas sensaciones en la infancia y adolescencia, siempre recordadas de forma tan imprecisa y fragmentada. Por último, tendré yo el año, pero volver a ese territorio casi mítico de la infancia es un ejercicio que ando practicando y la versión breve pero intensa de Tranströmer me ha gustado. Ahora miro sus libros de poemas en la biblioteca con otros ojos.
Recomendación: A gustosas de libro breve de memorias.
Foto de cabecera: gp.se