Ya nos caía bien (¿¿pero quién, Señor de los Espacios Infinitos, no adora a Alfred??) y sin embargo este libro ha disparado la admiración. Su vida y, sobre todo, su capacidad de aprendizaje constante, me han sorprendido. A base de recibir mandobles vitales lo de este hombre es una historia tipo Patronio, rollo «y así aprendí esto, y así aprendí lo otro». Sí que tiene una fijación con cambiar de casoplones y algún ramalazo conservador con el que no comulgo, pero en general su trayectoria es fascinante. Su actitud y su sentido del humor, también. Me lo he pasado bomba, qué queréis que os diga.
Recomendación: a gustosos de biografías de celebridades, a aficionados al «¡HOLA! cinematográfico de medio siglo XX. A fans de Michael y del séptimo arte, la van a gozar.
Foto cabecera: Michael Caine, en una imagen de 1965. STEPHAN C ARCHETTI. GETTY IMAGES.
Deborahlibros 
Hace mucho tiempo tuve una época de leer biografías y autobiografías del mundo del cine, me hicieron ver con otros ojos a esas personas a veces encasilladas por sus propias películas. Cuando sus vidas reales son como las de cualquiera, aunque no siempre. Por esos a algunos los amé más mientras que a otros casi los odié.
Un abrazo
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